En este articulo presentamos las principales herramientas que le pondrán a tono con una de las ciencias más codiciada por líderes de todas las áreas del saber humano: La Oratoria.
Para recordar, la oratoria es el arte de hablar en público con elocuencia. La misma se remonta a la antigua Grecia, con antecedente del siglo V a. C., en una de las 20 regiones de Italia, Sicilia, su precursos más antiguo es Corax de Siracusa y su discípulo Tisias, quienes compusieron el primer tratado de retórica. Algunos autores establecen que la obra llega a Atenas de la mano de Gorgias, siciliano, antes de instalarse en Atenas y desempeñar su actividad sofística, porque es allí donde este género se desarrolló y se consolidó.
A partir de una clasificación, que se atribuye a Aristóteles, la oratoria presenta tres formas:
- Judicial o forense: la que se practicaba en los procesos judiciales.
- Política o deliberativa: era la que enseñaba a hablar con elocuencia ante las asambleas populares.
- Epidíctica o demostrativa: era la que enseñaba a ordenar y exponer con claridad las ideas ante el público.
Cuatro oradores se destacan en el siglo IV a. C., ellos fueron:
- Lisias: extranjero que sin de derecho de ciudadanía. Condición que le impedía pronunciar discursos ante los tribunales y fue por este motivo por lo que se convirtió en Logógrafo o compositor de discursos judiciales. Entre sus discursos se mantienen: Contra Eratóstenes, único que pronunció personalmente, donde el acusado era el presunto asesino de su hermano Polemarco; otros: Defensa ante Simón, Contra Andócides. Su oratoria era sencilla y utilizaba un lenguaje coloquial y preciso.
- Gorgias: considerado como el inventor de la oratoria ocasional o epideíctica, aunque no existen registros que escribiera algun tratado sobre retórica. El contenido principal de este nuevo género son los panegíricos, encomios, inventivas y discursos fúnebres. Sus obras
Encomia a Helena, Defensa de Palamedes y Epitafio son muestras de esta temática. El objeto de su oratoria es la persuasión, para lo que emplea la emoción más que el argumento lógico, por lo
que utilizó un estilo atrayente. Su retórica está basada en el argumento de la probabilidad y sentó las bases para el uso del toprépon ( la adaptación del estilo a las circustancias). - Demóstenes: Tal vez el más famoso de todos los tiempos. Nació en Atenas ; Quedó huérfano a los 7 años y cuando fue mayor de edad demandó judicialmente a sus tutores por considerar
que no habían administrado correctamente su patrimonio. Gracias a su constancia y ejercicios superó su tartamudez. En un principio también fue logógrafo. Participó activamente en los acontecimientos políticos de Atenas; Son famosos sus discursos contra Filipo de Macedonia y Macedonia: Filípicas, otras son: Las Olínticas, Pro corona. Sus últimos años de vida fueron
oscuros, tuvo que huir de Atenas al ser acusado de la desaparición de una suma de dinero que debía de ser custodiada en la ciudad. Estuvo unos años exiliado, pero volvió a Atenas tras la
muerte de Alejandro Magno y continuó contra Macedonia. Pero Atenas pactó con el sucesor de Alejandro y Demóstenes tuvo que huir y se envenenó para no ser cogido como prisionero. - Isócrates: Nació en Atenas, discípulo de Gorgias y fundó una escuela de oradores donde impartía clases. Escribió discursos epidícticos, retóricos y políticos: El Areopagítico,
Panegírico, Panatenaico, Eginético etc. Gozó de fama en vida y después de muerto, pero no logró eclipsar la personalidad de Demóstenes.
El Discurso.
Según la Real academia de la lengua española (RAE) discurso es la:
“Facultad racional con que se emplean una serie de palabras y frases para manifestar lo que se piensa o se siente”.
Todos los grandes están de acuerdo. Cicerón, Quintiliano, Viriato, Tertuliano, Justino Mártir, Agustín, Pedro el Ermitaño, Lutero, Montesinos, Robespierre, Bolívar, Napoleón, José Martí, Tim Keller, Adriano de la Cruz e incluso Hitler dominaron al populacho porque conocían el secreto del arte de hablar en público.
La praxis del discurso gira en torno a cuatro definiciones.
- Decir algo que la gente necesite saber. Si nadie domina el tema que da el orador, atenderán a cada una de sus palabras y éstas producirán el cambio deseado.
- Permitir que su pensamiento se traduzca en palabras. Hablar es pensar verbalmente. Por lo tanto, los excelentes oradores son sublimes pensadores.
- Expresarse de modo significativo. Las palabras del predicador deben tener sentido. Su objetivo es dejar las cosas lo más claras posibles.
- Un mensaje coordinado y coherente. El orador es un poeta, un artista que explica, propone, justifica y ratifica el discurso que desea recitar ante su público.
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